viernes, 10 de abril de 2015

Calma no está.

      Quise ser todo lo que querías tener y acabé siendo nada. Fue como si antes de ti no hubiera existido, como si no hubiera un yo sin ti.

       "¿Y si...?". "Y si..." nada. Antes de ti, el sol se volvió oscuro y gris. Y después... Después estoy yo, o lo que queda. Fuiste como un huracán en llamas que llegó, arrasó conmigo, me consumió y me redujo a cenizas, se llevó a estas y después desapareció. Que tras la tormenta dicen que llega Calma, pero no supo encontrar el camino y no sé nada de ella. 

        ¿Qué fue de ella? ¿La recuerdas? Escondida bajo la pérgola del jardín y atrapando hebras del sol de Agosto con los dedos, allí quieta incluso cuando los aspersores saltaban. O frente a la chimenea, huyendo de Enero a través de un libro. ¿Dónde está Calma? No, aquí no, no volvió.


Unos años después de escribir esto, me ha dado por revisarlo y compartirlo. ¿Disfrutad?

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