martes, 24 de junio de 2014

Diferente

Mírame.

Sonríe. 

Gesticula. 

Habla.

Ríe.

Date la vuelta.

Mírame de reojo.

Muérdete las uñas.

Los labios. 


Hazlo.

No importa cómo.

Ni cuánto.

Ni dónde.

Sólo hazlo.

Pero hazlo con cuidado.

Hazlo sin querer.

Sin avisar.

Hazlo diferente.






Qué sentimental, qué ñoño. ¿Por qué? No lo sé. Es lo que quiero. Es lo que hecho de menos. Que alguien haga algo por ti y lo haga de una manera diferente a como lo hizo por los demás.

sábado, 14 de junio de 2014

¿Qué se siente cuando te agarran, te sostienen, te amarran, te sujetan, te acarician, te abrazan, te envuelven, te oprimen contra el filo de su piel solo con los ojos?

Hace tanto, tanto tiempo que nadie me mira como si quisiera comernos a mí y al mundo que ya no recuerdo cómo es esa sensación. Esa sensación de que una mirada te mordisquee, te saboree, te tiente y te haga pecar con bocados pequeñitos, para saborearlo todo más, mejor y durante más tiempo. 

Esa sensación de una sonrisa que ruega a tu boca que copie el gesto, que pide en silencio que te quedes, que le abraces, que le mires a los ojos y le dejes nadar en tus pupilas. De no estar nunca lo suficientemente cerca. De no tener nunca lo suficiente, de no ser capaz de saciarte aunque sientas que vas a explotar.
Estoy flotando. 
Unas pestañas que titubean y esconden una mirada cómplice. Unas manos frías y suaves que se deslizan por tu espalda con una fluidez y firmeza sobrenaturales. El susurro de una carcajada a quemarropa en la nuca. Quédate.

Compartir secretos. ¿Hace cuánto no desvelas un secreto sin miedo? Estoy aquí, todo irá bien. 

¿Dónde estás? Hace frío y el verano acecha. El calor infernal se cuela por cualquier rendija y mi piel sigue en guardia. Las yemas de mis dedos llevan dos años sin entrar en calor. Aquí ya no queda nadie.

Cuanto veo a mi alrededor hace que mi piel se torne verde. Sonríen. Sonríe, y podría ser la culpable de esa sonrisa. ¿Qué hice mal? ¿No hice nada bien? Las opiniones de los demás sobran cuando estás segura de que lo que haces está bien. ¿Pero y ahora qué? El miedo me consume. Siento frío y el verano acecha

El tiempo hiere e infecta cuando ni siquiera tú misma eres buena compañía. No te acerques, te hundirás conmigo. Ayúdame. Grita, araña, suplica que te deje salir de ese hueco rebosante de nada. 

El hielo te cercena la lengua. Tu corazón duele cuando late. Para, no quiero sentir. Las agujas heladas atraviesan tu cuerpo. Moverte es un tormento, pero quedarte quieta es una muerte segura. 
¿Cuánto tiempo llevo aquí? Abrázame...
La nada fría, áspera y densa desafía las leyes de la termodinámica y asciende sobre tu cabeza. Te encierra. ¿Hay alguien allá arriba? Todo parece tan lejano y etéreo... El frío me hace daño, rasga mi piel y me deshace en regueros de color escarlata. Tengo el cuerpo tan entumecido que no siento la férrea calidez de la sangre.
Sácame de aquí.