lunes, 14 de mayo de 2012

Blablabla...


Los rumores son como las epidemias: una vez que se contagia a una sola persona, es cuestión de horas que se propaguen en todas direcciones. Son dañinos, destruyen a las personas, las apagan, las devoran…
… si se dejan amedrentar.
Ni todos los horrores del mundo que recaigan sobre mí podrán hacerme caer, o huir siquiera. 
Al lobo no hay que mirarle a los dientes. Hay que mirarle fijamente a los ojos.

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