sábado, 14 de abril de 2012

Si un día te da por pensar en mí, acuérdate de que fuiste tú quien me dejó ir.

Que fui yo la que lo complicó todo, pero fue por ti por quien empezó.


Y si me echas en falta, más te vale no callártelo.
Por fortuna, o por desgracia, nos acabaremos volviendo dos extraños.
Como siempre pasa.
Porque estas cosas pasan, porque intentar ser algo más que amigos y ahora tener que deshacerlo todo, es más que complicado.


Y aún guardo la esperanza de que te arrepientas.
De que eches la vista atrás y digas:
"Joder, cuánto la echo de menos".

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