jueves, 14 de abril de 2011

+¿Me besas?

-¿A tí?... ¿Para qué querrías tú que yo hiciera eso? 

+Mira, es algo inevitable. Tanto como cuando comes un poquito de chocolate y cuando te lo has terminado, ¿a que hay algo? Sí, algo que no puedes controlar... y te levantas a por otro trozo, así una y otra vez.. Y, al final, te terminas la tableta. O cuando estas en la ducha y hace frío fuera, y dentro estás calentito y, por mucho que sepas que hay que cerrar el grifo, no lo cierras y sigues un poco más. O cuando estás en la calle, con tus amigos, y sabes que tienes que volver a casa para estudiar, pero estás tan feliz que empiezas a quedarte más tiempo, y al final estudias el día siguiente... Y así mil ejemplos más... Pues eso mismo es lo que me gustaría que pasase contigo, conmigo, en fin, con los dos... Y no hemos empezado ni la tableta, ni la ducha, ni hemos salido a la calle. Te lo vuelvo a repetir: ¿Me besas? Porque siento que, si lo haces, nos comeremos más de una tableta, la ducha será eterna y no volveremos nunca a casa para estudiar...

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